Irán parece estar modificando los aviones no tripulados de ataque que está proporcionando a Rusia para que las ojivas explosivas puedan infligir el máximo daño a objetivos de infraestructura dentro de Ucrania, según un nuevo informe de investigación obtenido en exclusiva por CNN.
Una ojiva sin explotar de un dron iraní Shahed-131 encontrada en la región meridional ucraniana de Odesa en octubre de 2022 fue examinada el mes pasado por la organización de investigación con sede en el Reino Unido Conflict Armament Research, junto con el ejército ucraniano. CAR facilitó sus conclusiones en primer lugar a la CNN.
Los analistas del grupo creen que las ojivas, que miden algo menos de dos pies de largo, fueron modificadas apresuradamente con capas mal ajustadas de docenas de pequeños fragmentos metálicos que al impactar se dispersan en un amplio radio. Además de los fragmentos, también hay 18 “cargas” más pequeñas alrededor de la circunferencia de la ojiva que, al fundirse por la explosión, pueden perforar el blindaje y crear una especie de efecto explosivo de “360 grados”.
La acumulación de esos elementos maximiza esencialmente la capacidad de la ojiva para destrozar objetivos como centrales eléctricas, redes de distribución, líneas de transmisión y grandes transformadores de alta potencia. También dificultan considerablemente las tareas de reparación.
“Es como si hubieran visto la ojiva acabada y hubieran dicho: ‘¿Cómo podemos hacer que sea aún más destructiva?’, afirma Damien Spleeters, uno de los investigadores que examinaron la ojiva.
Spleeters explicó que las ojivas dirigidas contra medios del campo de batalla, como tanques o piezas de artillería, podrían diseñarse de forma diferente, con una carga frontal en forma de proyectil que se utiliza para objetivos más concentrados. La ojiva examinada por CAR, sin embargo, tiene un efecto de carga en forma radial, que puede dar lugar a una mayor área de impacto.
Algunos antecedentes: Irán ha proporcionado a Rusia cientos de aviones no tripulados para que los utilice en su guerra en Ucrania, muchos de los cuales han tenido como objetivo la red eléctrica y las instalaciones energéticas ucranianas, dejando a la población civil sin calefacción, electricidad o agua corriente durante los gélidos meses de invierno.
El mes pasado, el Instituto para el Estudio de la Guerra descubrió que las fuerzas rusas dependían cada vez más de los aviones no tripulados, hasta el punto de que sus reservas ya se están agotando, tan sólo unos meses después de que Irán comenzara a enviarlos.