A seis días de la explosión de toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut y tras días de protestas, el primer ministro de Líbano, Hassan Diab, renunció a su cargo y ordenó diluir el gabinete.
Hoy respondemos al deseo de los ciudadanos de exigir transparencia a quienes han sido responsables del desastre que ha estado oculto durante siete años y a su deseo de un cambio real. Frente a esta realidad… anuncio la dimisión de este gobierno. Dios cuide a Líbano, declaró Diab en un discurso televisivo.
El jefe del gobierno culpó a la clase política tradicional de su fracaso, y arremetió contra la “corrupción” que llevó a esta crisis.
Descubrí que la corrupción institucional era más fuerte que el Estado”, insistió el miembro de mayor cargo del gabinete.
Éste fue el anuncio luego de la reunión de ministros realizada ayer en respuesta a la crisis derivada del accidente.
El martes pasado, un cargamento de dos mil 750 mil toneladas explotó en el puerto de Beirut luego de que estaba almacenado desde 2013.
A esto siguieron una serie de protestas contra el gobierno. El fin de semana, la población llevó a cabo las manifestaciones bautizadas como “El Día del Juicio”, cuyo saldo fue de 728 lesionados, de los cuales 105 son militares y 70 son miembros de la Fuerza de Seguridad Interior.