El presidente brasileño hizo el anuncio, que supone una inversión de más de mil millones de dólares principalmente en áreas del interior, ante los rectores en medio de una huelga de docentes que dura ya casi dos meses.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó este lunes (10.06.2024) un plan de 5.500 millones de reales (unos 1.025 millones de dólares o 955 millones de euros) para la construcción de diez nuevas universidades y otras instituciones educativas en Brasil. El plan contempla la construcción de diez nuevos campus universitarios, obras en 31 hospitales universitarios y la ampliación de la oferta de institutos de formación profesional, así como un aumento en el presupuesto de estas instituciones.
En un discurso ante los rectores universitaros, Lula dijo que se ha dado prioridad a la construcción de campus universitarios e institutos de formación profesional en el interior del país, en regiones que hasta ahora disponían de un menor acceso a los servicios educativos. Lula afirmó que el objetivo es que “todas las personas” tengan derecho a ir a la universidad, dando oportunidades en especial a los indígenas y afrodescendientes, con el propósito de que Brasil se vuelva “un país desarrollado y competitivo”.
En ese sentido, subrayó que, en el pasado, la universidad era “cosa de rico” y sostuvo que las élites de Brasil nunca tuvieron compromiso con la educación porque sus hijos estudiaban en el extranjero. El mandatario, que recordó que él mismo carece de estudios universitarios, advirtió de que si no se invierte en la educación, la alternativa será un incremento del gasto en policía y prisiones.
Entre otras medidas, el programa prevé también un aumento de hasta el 75 % en el presupuesto destinado a becas para estudiantes de bajos recursos, con el objetivo de fomentar su permanencia en los cursos universitarios. Además, se anunció la construcción de 100 nuevos institutos de formación profesional, con lo que se llegará a 782 en todo el país. El plan, que se da en medio de una huelga de docentes que dura ya casi dos meses, es interpretado por la prensa local como un intento de avanzar en las negociaciones para terminar con los paros.