La afición mexicana, que inundó las calles de Doha en los días previos al debut de su selección, acudió en inmensa mayoría respecto a sus oponentes polacos a estrenar el estadio 974, el primero en la historia cubierto desmontable y reutilizable por completo, tras Qatar 2022, e hicieron temblar los contenedores con los que está hecho.

De los 39.369 espectadores que se dieron cita para ver el partido contra Polonia (0-0), las camisetas verdes, banderas tricolor y disfraces varios típicos de México ganaban por mayoría al blanco y rojo polaco. Y poco tardaron en demostrarlo.

La canción tradicional ‘Cielito Lindo’, los cánticos de apoyo a Hirving ‘Chucky’ Lozano u otros como “a Polonia se le va a atragantar el chile mexicano” pusieron ritmo y color a los momentos previos tanto fuera como dentro del estadio. Hasta que llegó el himno.

Ese con el que Alexis Vega rompió a llorar, al cumplir “su sueño de pequeñito”; con el que los mexicanos se llevaron la mano al corazón, dieron todo de sus gargantas -la que muchos asistentes, aficionados y periodistas, tienen en horas bajas debido al excesivo uso del aire acondicionado-, y cogieron sus móviles para inmortalizar uno de esos momentos que ponderan un Mundial.