Todo resultó bueno este viernes para Leo Messi y la Selección Argentina. Bajo el disfraz de un simple amistoso de preparación para Qatar 2022 (victoria por 3-0 ante Honduras), se encontraban en realidad las sonrisas y esperanzas de todo un país.
Con el sueño del Mundial muy vivo y su pistoletazo de salida cada vez más cerca, Messi encarnó la ilusión y ejerció de termómetro de una Albiceleste que sonríe al verlo disfrutar de esta manera.
“Lo importante es que disfrute de jugar al fútbol”, dijo Lionel Scaloni tras el encuentro.
Lo intenta constantemente, se asocia con los de siempre y con los nuevos, y mantiene ese nivel de contundencia cara al arco que siempre le tuvo como el mejor del mundo (lleva ya 88 goles con la albiceleste).
A sus 35 años, Messi aseguró que, defendiendo los colores de Argentina, siente el mismo cosquilleo que pasa por el cuerpo de cada seguidor al ver jugar a su selección.
“Estamos igual que los aficionados, vamos con la misma ansiedad, las mismas ganas y la misma ilusión”, aseguró el jugador del PSG.
En el Hard Rock Stadium de Miami (EE.UU.) se unieron este viernes todos esos cosquilleos y se volvió a sentir esa comunión casi mágica entre equipo y afición, con las gradas llenas y entonando los cánticos que recuerdan a la Argentina campeona.
Pero Messi es también un líder cauto y precavido y, aunque lo haga con una sonrisa en el rostro, rebajó la euforia.
“Con tranquilidad porque, si bien tenemos un gran equipo y un gran grupo, el Mundial es especial y hay que ir paso a paso”, argumentó.
Además, un secreto a voces se confirmó abiertamente en la zona mixta de Miami: que su momento con la selección es consecuencia del evidente buen inicio de temporada con el PSG, un arranque que contrasta con lo difícil que fue su primer año en París.
“Me siento bien, diferente al año pasado. Anteriormente lo pasé mal, no terminé de encontrarme nunca y este año es distinto: llegué con otra cabeza, más acomodado al club, al vestuario, a los compañeros, al juego. Me siento muy bien y volví a disfrutar”, detalló.
Esa sonrisa que nace en París se refleja en la selección, algo que sabe perfectamente Scaloni.
“Está disfrutando en su equipo y eso es importante. Allá donde va todo el mundo puede verle jugar y disfrutar de verle en la cancha. Cuanto más disfrute él más disfrutamos todos. Le veo bien, contento y espero que siga así”, afirmó el seleccionador.
Messi es un líder a seguir pero también un referente que proteger.
Así de claro lo tienen sus compañeros porque compartieron la frustración de Leo al ver que el defensor de Honduras Héctor Castellanos le acompañaba por toda la cancha.
Además, no dudaron en ponerse al servicio de su líder como un ejército cuando Messi recibió un impacto durísimo en el rostro y quedó tumbado en el césped, un momento tras el que, de inmediato, Rodrigo De Paul, el Papu Gómez y Lautaro Martínez, entre otros, rodearon a los hondureños exigiendo explicaciones.
En definitiva, fue una noche redonda en la que hubo quien también afirmó, sobre todo entre aficionados locales, que la sonrisa y motivación de Messi este viernes no eran más que un pequeño guiño al que, tal vez en el futuro, sea su nueva afición ya que hay rumores de que las inquietudes personales y profesionales del argentino pasan por la MLS y el Inter Miami.
Quizás esta actuación memorable de Messi en el sur de Florida no sea la última